viernes, 29 de noviembre de 2013

Balín, mi perro

Hace poco mi gran amigo Henry tuvo la gentileza de regalarle a mi sobrino una perrita muy bonita, y ha aportado un granito mas de felicidad a la familia, ahora cuando llamo a mi madre, veo a mis sobrinos jugueteando con su mascota, a mi abuela renegando y me trae recuerdos de mi niñez.
En nuestra vida pasan varias mascotas y se convierten en parte importante de nuestro día a día, la mayoría de nosotros hemos tenido un perro, algunos gatos, otros canarios, iguanas, hámsters, hasta los mas extraños como serpientes, tarántulas, caimanes, ardillas, etc
En mi caso he tenido perros, canarios e incluso una tarántula. Esta vez voy a recordar a uno de mis perros, Balín, fue el segundo de los perros que he tenido.
Bueno Balín nació en Mirones, en el barrio de ese entonces de mi primo Iván, de raza chusca (híbrida), recuerdo la vez que fui a buscarlo con mi tía Ana, en una caja de leche Gloria estaban ahí los cachorros, me gustó él por su color plomo y ojos azules y su revoloteo, como si quisiera estar adelante de todos para que me lo lleve, lo cogí en una manta y nos lo llevamos a Olimpo, barrio donde queda mi casa, recuerdo tan bien ese día que en la salida del pasaje de la Unidad Vecinal de Mirones había un par de chicos con una bolsita en la mano y uno de ellos fumando un cigarrillo algo raro, saludaron con respeto a mi tía, pero ese olor me pareció tan raro que sentí curiosidad y le pregunté a mi tía que cigarro estaban fumando, ella me sonrío y me dijo que era algo malo, luego escuche cuando llegamos a casa que mi tía contaba a mi madre que en el pasaje se encontraba un conocido del barrio fumando pasta, luego mis amigos mayores del barrio me explicaron que eso era PBC (pasta básica de cocaína), bueno me he ido por las ramas, la cuestión es que llegamos con la nueva mascota a la casa, nuestra antigua perrita era una pastor alemán muy inteligente y bastante querida, dolió mucho su pérdida, nos costaría el cambio.
El nombre se lo puso mi padre debido a que en los dibujos animados de Tom y Jerry había un perro Bulldog llamado Balón y su pequeño hijo Balín, pues de ahí el nombre.
Al comienzo como todo perrito era alimentado con leche en biberón, luego camote, la verdad nunca utilizamos con él esos alimentos balanceados y comía de todo, lo que si lo engreíamos con su aseo aproximadamente mensual, venía la camioneta de la veterinaria y se lo llevaba a su día de acicalado, regresaba hecho un príncipe.
En mi casa mi papá había puesto una tienda de abarrotes, se vendía bebidas, cigarros, golosinas, alimentos enlatados o embolsados, etc, pues el vigilante era Balín, detrás de la reja que protegía la tienda de la calle el se encontraba resguardando siempre que nadie pudiera aprovechar algún descuido.
Mi perrito como todo héroe tenía su archienemigo, Peluchín (nombre proveniente del perro de la Chilindrina, personaje del chavo de ocho), nombre un poco infantil para un perro también chusco pero mas grande que Balín, con cara de maloso, que había vencido en combate a todos los perros de mi barrio y de los barrios vecinos, que había preñado a todas las perras que se encontrara en el camino, pero con Balín no podía, básicamente porque mi perro al ser mas pequeño era mas veloz y entraba entre las rendijas de la reja de la tienda, entonces antes que Peluchín lo atrapara Balin estaba ladrándole desde dentro de la tienda. Peluchín tenía como compañero a otro perro de nombre Bandido, mi perro si que se peleaba con él, hasta que llegaba su defensor mas grandote y ahí si salía como un balín a escudarse tras las rejas.
Hubo un día que fue glorioso para mi perro, y disculpen que lo cuente como una hazaña pero para el creo que lo fue, como dije Peluchín arrasaba con toda perrita que se apareciera, y no le daba chance a Balín, hasta que un día en algún descuido de Peluchín, mi perro pudo salir de virgen, lo recuerdo muy bien, llegó como si hubiera hecho una maratón, agotadísimo, la lengua afuera respiraciones a mil, cruzó la reja y se tumbó, le pusimos agua y así tumbado tomaba el agua, pero le caían hasta lagrimas, es que le faltaba sólo la canción "we are the champions", espectacular.
Balín estuvo en la familia aproximadamente ocho años, había resistido muchas adversidades, enfermedades, peleas, incluso un día se cayó desde el techo del segundo piso hasta la acera al vernos llegar en el auto que veníamos de la playa, pero como gato se levantó nos movió la cola y corrió hacia nosotros; un día empezó a sentirse mal y cada vez peor, conjuntivitis, dificultad respiratoria, vómitos, debilidad, convulsiones, lo llevamos al veterinario y el diagnóstico fue distemper, era extraño para nosotros escuchar ello, siempre lo vacunábamos en las campañas y si no las habían pues lo llevábamos a la facultad de veterinaria cerca a casa, el veterinario nos dijo que podría haber algún fallo en la vacuna, talvez que hubiera estado pasada o algún facineroso que nos había timado; se intentó de todo para salvarlo pero no resistía mas, su sufrimiento era tal que tuvimos que tomar la decisión de una muerte programada y compasiva, sinceramente es una decisión muy difícil, y estoy seguro que muchos de ustedes lo han pasado, hace poco un amigo me consultaba los análisis de su perro, no soy veterinario, pero soy médico y estaba claro que lo que tenía era muy malo y pronto moriría, también tomó esa decisión, y le fue muy dura.
Tras su muerte, le hicimos una pequeña despedida, cargamos una caja con su cuerpo, hicimos una fosa en el parque de mi casa, y con mis amigos Carlos, Chuqui, mi primo Ivan y yo, dijimos unas palabras y lo enterramos, así que en alguna parte del parque Zeus están los restos de Balín.
En la vida las mascotas nos acompañan, nos hacen reír, jugar, lamentablemente sabemos que les llegará su hora pronto, que su vida es mucho mas corta que la de un humano, salvo que tengas una tortuga de tierra claro, pero la mayoría que tiene perros o gatos, hay que disfrutar de ellos y engreirlos, nos dan mucho cariño y por casi nada.

Foto : Balín en el techo de mi casa, junto con él de izquierda a derecha, mi hermana Katty, mi primo Ivan y yo

viernes, 22 de noviembre de 2013

Tenerla corta importa

Si acaso tu no la tienes corta alguno de tus familiares tiene ese problema y sinceramente es un problema, alguno ya desde pequeños se lo detectan, en mi caso lo detectaron a los dieciséis años, para algunos despistados que no saben de lo que estoy hablando es de la visión. 
La causa más frecuente de disminución de la agudeza visual son las ametropías o defectos de refracción, siendo la causa más habitual de ametropía una alteración en la longitud anteroposterior del globo ocular.  Los miopes ven mal de lejos, los hipermétropes ven mal de cerca y los astigmáticos pueden ser miopes o hipermétropes. 
La miopía, que es lo que me detectaron, consiste en que los rayos se focalizan delante de la retina porque el ojo es digamos mas largo de lo normal y entonces vemos mal de lejos y necesitamos lentes divergentes que retrasen el lugar en el cual confluyan los rayos de luz. 
Después de todo este rollo y tecnicismo medico voy a contarles porque es difícil usar lentes, hay algunos que los empiezan a usar desde niños, recuerdo que desde la época del colegio había chicos que usaban gafas y algunos de nuestros compañeros eran crueles y se dedicaban a ponerles apodos a montones, desde el clásico cuatro ojos, hasta los mas peculiares como el que el pusieron a mi compañero Fabrizio, quien se lo tomo deportivamente y es que tenía unos lentes impresionantes, aparte de tener nistagmus (sus ojos iban de un lado a otro con rapidez) parecía un juego de aquella época, de ahí su apodo que le llamaran "coliloco".  
A los dieciséis años mi padre me llevo al Oftalmólogo porque por las noches mis ojos se ponían muy rojos y no era por el efecto de alguna droga o sustancia parecida, ademas de la sensación de arenilla que tenía, el medico determino que tenía miopía y astigmatismo, me probo unos lentes de contacto y como no veía bien con ellos me dijo que era porque tenía además ojo seco; han pasado los años y sus diagnósticos se fueron cayendo, lo que era ojo seco al final no lo fue, lo que tenía es un pterigion (carnosidad en el ojo) lo cual ocasionaba que la lente de aquella época no hiciera contacto con el ojo, el astigmatismo no se como pero ha desaparecido y lo único que me quedo fue la miopía. 
En el colegio me negué a usar gafas y solo las usaba cuando iba a la academia preuniversitaria a partir de los diecisiete años las tenia que usar de continuo porque mi visión ya había disminuido. Al principio me fue de ayuda porque al sacar mi libreta militar fui inhabilitado por miopía y por lo cual no había servicio militar obligatorio, pero luego me fue molestando por los inconvenientes que me daba. 
El primer inconveniente que tuve fue en las discotecas, no me gustaba llevar gafas, y aveces me dejaba engañar por mis amigos porque al momento de sacar a una chica a bailar no era tan simpática como ellos me habían dicho, pero al menos eran mujeres, no como le paso a un amigo que se equivoco y saco a bailar a un hombre. 
También me era incomodo cuando iba a la playa y mis amigos me decían: mira a esa chica que buena que esta, y a mi me daba mucha vergüenza sacarme los lentes de sol y ponerme los de medida para ver a la chica en referencia. 
En la parte deportiva para jugar fútbol o fulbito tenia que sacarme las gafas, de día podía distinguir a mis compañeros por sus características físicas pero de noche me era bastante difícil.
Cuando ingrese al internado al momento de entrar a quirófano llevar gafas sinceramente era un problema, tenía que ajustármelas con esparadrapo, lavarlas con jabón para que no se empañaran, si sudabas un poco se te iban despegando e iban cayendo, no podías decir nada porque te regañaban, pero cuando ya las tenias en la punta de la nariz y veías que había posibilidad que cayera dentro del paciente, tenias que pedirle alguien que no este operando claro que te acomode las gafas, llevándote un grito del cirujano porque detenían todo el acto quirúrgico. 
Pues ayer después de mucho tiempo y de pensarlo detenidamente decidí operarme para corregir ese defecto y elegí la cirugía Epilasik, esta consiste en cortar una parte de la cornea para adelgazar el globo ocular y así corregir la miopía, a diferencia del Lasik esta no utiliza bisturí, la recuperación será mas lente y mas dolorosa, pero según los estudios el resultado será mas efectivo, así que me preparo para una vida sin gafas. 
Bueno por lo que han leído, en lo que a visión se refiere, tenerla corta sí que importa.

 
Foto con mis ultimas gafas.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Paris, un sueño que demoró pero llegó

Noviembre es un mes muy difícil para mi, en mis relatos se darán cuenta que ocurrieron sucesos alegres y muy tristes en mi vida que han coincidido justamente en este mes, y que ya les iré contando, como dije alguna vez, nací queriéndolo pero pasan los años y empiezo a odiarlo.
Hoy será un relato de alegría, de ilusión y sueños, hablaré de una persona espectacular, no tengo palabras para describirla y talvez en un futuro me anime y haga un libro de todo lo bella persona que es, de todo lo que ha dado a mi vida y lo que ha aportado al mundo, su vasta experiencia hace de por si que al hablar con ella solo escuchemos historias que nos deslumbren, seguramente todos los que lean este relato la conocerán, ya sea en directo o por medio de alguna foto o porque les he hablado de ella, mis amigos del colegio la conocen porque me llevaba a el de niño, iba a mis actuaciones, y cuando me iban a buscar, esto también lo saben todos, incluso cuando ya estaba en mi segunda década de edad daba un grito para llamarme y decía "Edwincito te buscan", mi padre y mi madre la corregían para que no use el diminutivo por si mis amigos luego me molestaban, pues si, ya se abran dado cuenta que es de mi abuelita de la que voy a hablar.
Como dije sería muy extenso hablar de todas mis experiencias con ella, así que hablaré de algo muy particular. En Octubre del 2010 tras trámites muy difíciles para la obtención de un visado para Europa, finalmente lo consiguió, y a sus noventa y cuatro años, conocería el viejo mundo; nunca antes había realizado un viaje tan largo, y menos aun sola, pero la ilusión de visitar Europa y conocer donde vivía su nieto médico y también su nieto mayor, Fito, podía mas que cualquier temor a viajar en avión, o dolencia que pudiera tener.
El viaje ella lo cuenta como incómodo pero normal, al llegar al aeropuerto de Barajas de Madrid, lamentablemente le dijeron que no había sillas de ruedas para ella, y tampoco fue impedimento para seguir hacia la salida, siguió las señales y una señora con la que había hablado en el aeropuerto de Lima, que subió también como persona de tercera edad pero mucho menor que ella, y que si venía siendo trasladada en silla de ruedas, al percatarse que mi abuela venía tan tranquila sin compañía, tuvo la gentileza de avisar a los encargados, así que finalmente la ayudaron con las maletas y salió, se encontraba un poco fastidiada por la silla de ruedas ya que no le gustaba llegar a Europa en ella, la recibimos mi esposa, mi primo y su esposa, mis sobrinos y yo, nos fuimos a comer y luego a descansar a casa.
En casa un vino y jamón ibérico, una sonrisa increíble y la sensación de ambos de incredulidad, mi abuelita estaba en España, pero quien podría pensarlo. Pasó su cumpleaños noventa y cinco en España, se paseó por varias ciudades, y le pregunté que ciudad era la que quería visitar, ella me dijo que no quería irse de este mundo sin poder ver Paris. Mi abuelita es muy creyente, reza cinco rosarios al día, ve misa, y tiene fe a vírgenes y santos, yo siempre he respetado sus creencias, fue a la Catedral de Toledo, al Vaticano, pero lo que mas le hacía ilusión era Paris.
No podía decir que no a sus ojos que me miraban con ilusión al mencionar la capital francesa, sinceramente no se porque era esa atracción pero si mi abuelita quería ir pues asi sería.
Partimos en diciembre con un frio que se congelaba la nariz, el viaje empezó tormentoso, llegamos al aeropuerto, y para empezar anunciaron que el avión tendría un retraso de una hora que se convirtió en cuatro, el viaje se hacía extrañamente largo y se escucha al piloto anunciando que habían cerrado el Charles de Gaulle (aeropuerto de Paris donde nos dirigíamos) por nevada y que aterrizaríamos en Burdeos a la espera de instrucciones, después de dos horas pudimos partir a Paris, llegamos a medianoche, por lo visto los trenes también estaban cortados, y pasaría el último en una hora, la temperatura a -4ºC, aunque la nieve le gustó a mi abuela, el frio le quitó la sonrisa de la cara a la pobre, finalmente llegó el tren, ocho paradas teníamos que aguantar, el vagón de tren repleto mi abuelita cuidando su bolso, como en Lima, yo con una pierna dormida, casi una hora de viaje, salimos de la lata de sardina de tren para tomar un taxi, vaya sorpresa no habían taxis solamente un camión pasaba por las calles parisinas retirando la nieve, hijo ya estamos cerca caminemos me dijo mi ya extenuada abuelita.
Llegamos al hotel, señor y señora Ugarte me dice el recepcionista, no es mi abuela le digo, pone cara de uyyy, que pasa pregunto, pues error del hotel cama matrimonial, a esperar que nos arreglen la habitación, en fin, a descansar el periplo del arribo.
El día siguiente fue muy distinto, a pesar del frio pudimos disfrutar del esplendoroso Paris, mi abuelita no dejaba de asombrarse de lo bonito que es esta gran ciudad, bueno ocurrió otro incidente, ya no caía nieve pero el piso estaba con una capa de hielo y resbalaba, mi abuelita resbaló y yo no pude sostenerla, creo que si lo hacía era peor y le luxaba el brazo, se golpeó la costilla, pero siguió muy valiente ella, un analgésico y un buen descanso con un café calientito y adelante, nada le impediría hacer turismo.
En las tardes comíamos quesos franceses que me gustan mucho, pero a mi abuela no le fueron mucho de su agrado, le parecían muy fuertes.
Mi abuela se sorprendía cuando subíamos al metro de la cantidad de gente morena que había, pensaba que los franceses eran todos blancos, yo le decía que eso solo es en las películas.

Lo que mas disfruté fue el paseo en los Champ Ellysees, porque pudimos conversar de todo un poco, recordamos los momentos de niño cuando me despertaba por las noches y le pedía que me de la mano para dormir, o cuando me venía del colegio con ella y me compraba chocomel en la tienda del señor Tarazona, o cuando mi abuelo estaba enfermo y ella cuidaba de el, también nos dio tiempo para comer dulces, tomar unos vinos calientes, un café, visitar las tiendas, tomarnos una foto navideña, y todo esto con la gran vista que tiene esta avenida.
Un momento alucinante fue cuando bajamos del metro a ver la Torre Eiffel, ella me preguntó donde estaba, no se percataba que estaba frente a ella por su inmensidad, cuando se la señale se quedó boquiabierta, y me dijo justamente el titulo de este relato, "es un sueño hijo, se ha demorado noventa y cinco años pero se ha cumplido, gracias por haberlo hecho posible, veo que estas triste y se porque es, se que te hubiese gustado traerlo aquí también, cuando este con él le contaré como es Paris", referiéndose a mi padre.
Bueno pues hoy mi abuela cumple noventa y nueve años y sigue viendo como se cumplen sus sueños, a veces la vida te hace esperar por esos sueños, espero que ustedes no los haga esperar tanto pero que los haga tan felices como a mi abuelita.




 Foto : Esperando salida a Paris (retraso de cuatro horas)
 Foto : Mi abuelita preocupada en el avión, ya eran muchas horas de viaje y no llegábamos a Paris
 Foto : Al fin en Paris, nieve y frio nos recibieron
 Foto : Merienda con café con leche y queso "fuerte" como diría mi abuela
 Foto: Champs Ellysees
 Foto : la alegría de un sueño
Foto : Moulin Rouge de fondo, último día de paseo, mi abuelita ya agotada

viernes, 8 de noviembre de 2013

Acoso infantil

Estas últimas semanas he estado hablando con mi sobrino de seis años y se encontraba contrariado, y sinceramente para su corta edad me parece muy desenvuelto y dice las cosas con un razonamiento y lenguaje mas propio de una persona mayor, y en una de sus video-llamadas inesperadas me empezó a contar una historia que me sonaba familiar. Pues resulta que mi sobrino es llevado al colegio en una movilidad privada, y en ese transporte van alumnos de distintos años, tantos niños y niñas; mi sobrino me contaba que sufría ir en esa movilidad porque cada vez que iba en ella había una niña que lo molestaba, lo insultaba, le jalaba el cabello, le empujaba, y que el se quería defender pero le daba vergüenza porque era mujer y además mayor que él.
Existe un amor y odio entre niños y niñas, es una etapa que se inicia mas o menos a los seis o siete años en la cual nos separamos como en dos bandos; luego pasan los años y esa chica que tanto odiabas se convierte en la que quieres que sea tu enamorada, talvez por eso mi sobrino no entendía porque esta niña mayor lo molestaba y yo entendía que era por aquél motivo.
Bueno al parecer mi sobrino ha sabido solucionarlo, no se si siguió mi consejo y le dijo que si tanto lo molestaba era porque le gustaba y quería que sea su novio, creo que con eso se iba a morir de la vergüenza, o talvez se olvidó que era una niña y le devolvió algún golpe.
Lo de mi sobrino me trajo a la mente mis peores pesadillas de niño, y seguramente algunos de mis amigos del colegio ni se percataron o no se acuerdan, de lo mal que lo pasé algunos años en mi época de colegial.
Todo empezó en el kinder o jardín de cinco años, un par de chicas, que no pondré nombre porque las podrían conocer alguno del colegio, me hicieron un tipo de bullying, pues no me dejaban en paz, me jalaban el cabello, me empujaban, me cogían de la cabeza para darme besos, era insoportable, la miss de aquel entonces, sino me equivoco Marlene, tuvo que cambiarme de sitio a uno que esté muy alejado de aquellas niñas, la verdad es que no entendía porque me molestaban de esa manera, cada vez que venían ese par de la mano hacia mi me ponía nervioso y quería escapar, sinceramente no se si lo hacían con otros niños, pero la pasé muy mal, solo fue una temporada, creo que se aburrieron y para mi suerte cambiaron de víctima.
Pasaron los años y el problema con estas niñas se esfumó, todo transcurría con normalidad con respecto a lo que mujeres se refiere, pero llegó quinto de primaria, yo seguía sin jugar a la mamá y al papá, y surgieron las segundas acosadoras en mi vida, yo no se si era una apuesta o que, en el colegio eran dos secciones (aulas) por año, y por aula había  un grupo de dos a cuatro chicas cada uno, y cada recreo me esperaban para lanzarme piropos, al comienzo me pareció extraño, luego ya raro, cuando empezaron a darme cartitas ya me entró miedo, era una experiencia nueva para mi, y es que no era una chica la que se me insinuaba sino varias, era un acoso terrible, salía del baño ahi estaban esperando para lanzarme un beso volado, me castigaban y salía de la dirección y ahí estaban esperando para darme una carta, y claro mis amigos también estaban ahí para hacer preguntas y reírse, eso ya me empezó a afectar y hubo recreos en los que no salía del aula solo por el aburrimiento de verlas, además para evitar las burlas de mis amigos, que claro que una chica te molestara a esa edad era motivo para hacer mofa todo el año. Quinto de primaria se pasó muy pero muy lento.
El sexto año es el último de la educación primaria en Perú, tras lo cual se pasa a secundaria y en el caso de mi colegio a otra sede y con otro nombre, por lo que las susodichas ya no me molestarían. Sin embargo en sexto empecé a crecer y a tener cierto interés por el sexo opuesto, ese odio se convertía mas en curiosidad, y con el pasar del tiempo crecía mas ese interés, así que estaba deseando pasar a secundaria y reencontrarme con mis acosadoras. 
Cuando pasé a secundaria estaban ahí, ya había crecido, algunas de ellas guapísimas y otras pues estaban ahí, pero ninguna quería acosarme, evidentemente con el desarrollo les llegaron pretendientes, y se esfumaron los sueños de niñez.
Así que cuando mi sobrino me contó que una chica lo empujaba o tiraba del cabello, inmediatamente me vino el recuerdo de mis acosadoras y en lo guapas que se "convirtieron" algunas, entonces le dije que le diga algo bonito que seguro se avergonzaría y dejaría de fastidiar, porque quien sabe que ese detalle le pueda servir en el futuro.

Foto : saliendo del jardin (kinder) cinco años, atrás talvez alguna "acosadora" 


Foto : mis sobrinos Nicolas y Sebastian llamando a su tío Edwin

viernes, 1 de noviembre de 2013

31 de Octubre

Hace unos días después de ver algunos comentarios en las redes sociales me ponía a pensar en como pasábamos los peruanos el 31 de Octubre, y empecé a recordar que hacían mis amistades y mi familia ese día.
En Perú el 31 de Octubre se celebra el día de la canción criolla, fecha curiosa porque coincide con el tradicional halloween, que algunos piensan que proviene de Estados Unidos, lo cierto es que viene de la palabra inglesa all hallow even que traducida al español sería víspera de todos los santos, y es una tradición celta celebrada primero por los británicos y llevada a los Estados Unidos obviamente por sus inmigrantes, la costumbre era llevar mascaras y disfraces para ahuyentar a los espíritus malos, luego en Estados Unidos se acostumbró a tallar los jack-o'-latem (la calabaza hueca) en referencia a la la leyenda de Jack el tacaño, en fin y muchas historias que conocerán por el cine. Retomando el tema de la canción criolla, he visto muchos comentarios sacando pecho por la patria, y destacando el criollismo, incluso algunos desacreditando la otra festividad mencionada, bueno pues, maldita coincidencia porque ahora discuten los que les gusta el halloween y los que están a favor de la tradicional fiesta criolla, incluso llaman alienados a los que se disfrazan o no van a una de estas fiestas de cajón y guitarra, lo curioso es que nuestra tradición nace muchísimo después, en el siglo pasado, para ser exactos en 1944 por la gran iniciativa de Juan Manuel Carrera del Corral quien a base de tocar puertas, según cuentan, logró que el presidente Prado Ugarteche promulgara el 31 de Octubre como día del criollismo, en principio se pensó en otra fecha pero coincidía con la procesión del Señor de los Milagros (principal procesión católica en Perú).
Después de esta breve introducción les contaré que celebran los que conozco, los niños mas pequeños se disfrazan para ir al colegio y jugar con sus amiguitos, luego por la tarde los demás niños también se disfrazan y acompañados de sus padres se van a pedir dulces por las casas, algunos palomillas (gamberrillos) pintan las paredes de las casas que no daban dulces con tiza poniendo "tacaños" o cosas por el estilo, no se si llamar a esto alienación o festividad o talvez una tradición importada, pero me parece muy curioso ver a mis sobrinos e hijos de mis amigos disfrazados de diversos personajes, sinceramente no me parece mal, ni me parece antipatriótico. Bueno y por la noche?, lo que yo recuerdo es que las peñas (lugares donde hay espectáculo de música criolla) están a tope y mas caras de lo habitual, en todas ellas siempre tratando de desacreditar el halloween, algunos de mis amigos conseguían entrar a ellas, otros se iban a una fiesta de disfraces y otros a una fiesta normal, eso si todos de juerga aprovechando el feriado del primero de noviembre.
No se ustedes que celebrarán, yo les voy a contar mi historia y lo que celebro.
Era 31 de Octubre del 2000, mas o menos las diez de la noche, todos mis amigos se habían ido a alguna de las reuniones que les mencioné, y yo en la panadería de la esquina de mi casa sin dinero, mi moto había sufrido un desperfecto y tuve que afrontar los gastos, de pronto pasó mi amiga Susan que normalmente no veía y me pregunto que planes tenía, le conté mi triste realidad y no se si le di lástima pero me invitó a una fiesta con todo pagado; nos subimos al taxi ella, otro amigo y yo, llegamos a Barranco, era una fiesta en casa, mi cabeza sólo pensaba en beber y bailar y al día siguiente fulbito y ceviche, sin embargo al entrar a la fiesta sucedió la mas maravillosa coincidencia, sentada junto a la dueña de la casa estaba ella, nada mas voltear, mirarme y presentarnos, me di cuenta que esa noche no sería una de aquellas de borrachera y baile, que sería una noche especial. Bailamos un par de veces y luego nos sentamos a conversar, era increíble lo bien que sintonizábamos, seguramente a ustedes también les ha pasado eso de conversar con esa persona y preguntarse donde había estado todos estos años, pasaban los minutos y seguíamos mirándonos a los ojos y sonriendo, la sacaban a bailar y
ella hacía un gesto de cansancio para no aceptar, y seguíamos ahí, incluso llegó la tuna a cantar pero ni nos inmutamos, la noche se nos quedó corta, nos teníamos que ir, ya la fiesta terminaba, nos subimos al carro de un amigo, ella se sentó a mi lado, yo tembloroso por su reacción acaricié su cabello, ella se apoyó en mi hombro y la noche se esfumó.
No se ustedes que celebran el 31 de Octubre, a mi me da igual halloween o el día de la canción criolla, yo celebro que conocí a la mujer que comparte mi vida, sí, conocí a mi esposa, bendita coincidencia.

Foto : con mi esposa en el puente de los suspiros, Barranco, años después, la nostalgia en nuestros rostros