lunes, 5 de mayo de 2014

Atraco a mano armada

Creo que todos nosotros hemos sufrido directa o indirectamente algún hecho delictivo, algún asalto o atraco, sobretodo las personas que se encuentran en Perú, es lamentable y vergonzoso admitirlo pero es la cruda realidad, Perú es un país peligroso, si bien es cierto no es como otros sitios en donde no puedes caminar libremente porque en cada esquina te puede pasar algo, pero el hecho de que todos tengamos una historia que contar que tenga que ver con algún asalto es suficiente para decirlo, creo yo.
Bueno como algunos sabrán mi barrio, aquél Olimpo segunda etapa donde jugábamos en la pista fulbito con dos piedras como porterías, en donde crecimos hasta beber en la esquina acompañados por historias infinitas que nos hacían amanecernos sin temor a nada, pues aquel barrio en donde crecí se ha vuelto un poco peligroso, no digo que sea un barrio en donde no puedas salir a la calle, pero ya no es aquél barrio que les contaba, ahora puede que estés en la esquina con tus amigos y bajen de un auto y te atraquen con pistola en mano, o que pasees por sus calles y te roben el celular.
Esto se viene dando desde hace unos años, recuerdo cuando empezaban a pelearse algunos pandilleros en la esquina del barrio, eran de un colegio cercano a mi casa, aún se podía hacer algo y casi todos los días había que estar echándolos, pero de ahí no pasaba, llegaba el serenazgo (policía municipal) y por lo menos disuadía. Ahora ya no hay tanto personal de serenazgo o al menos ya no pasan tan seguido como antes, y que decir de la policía que a pesar de tener una comisaría muy cerca la falta de efectivos hace que su labor sea limitada.
Hace unos días mi familia fue víctima de un atraco en la puerta de mi casa, me parecía increíble, pero era real, tres carros con cuatro personas dentro de cada uno, algunos encapuchados, como en las películas, espeluznante, alguno de ellos disparó no se si para amedrentar o querían hacerle daño a alguien, la policía llegó a tiempo, al parecer ya habían sido alertados de los sospechosos, y empezó una balacera en plena calle, el sentimiento que se tiene al escuchar y ahora al escribirlo es de rabia y frustración, y te preguntas que aportan a la sociedad estos malditos, porque son tan blandos algunos con ellos, no se dan cuenta del daño que hacen. Mi hermana estaba en shock, mi abuela con sus noventa y nueve años nerviosa incontrolable y mis sobrinos de tres y seis años en la escena, se encerraron en una habitación abrazados y llorando, el mayor se puso ropa de mi padre (ya fallecido) y luego dijo que así estaría protegido, toda esa escena en mi mente era tan surrealista, pero era cierta y había ocurrido y en el barrio donde me crié y en la puerta de mi casa.
En los años noventas cuando el terrorismo era lo que mas preocupaba, escuchaba a veces historias de atracos, de como a algún amigo lo habían asaltado cerca a un centro comercial quitando su reloj o sus zapatillas, jamas me imaginé que me pasaría a mi. Estaba estudiando en el británico, y mi padre siempre me dejaba en el cruce de las avenidas Javier Prado y Aviación, ahí pasaban "combis" que iban por toda la Javier Prado, y yo me bajaba en otra avenida, Arequipa. Mientras esperaba mi combi se me acercó un tipo de contextura delgada y con cara de estúpido, y me preguntó si estudiaba en el británico, claramente estaba mirando mis libros, no le hice caso y subí a la combi, el subió detrás de mi y se sentó a mi lado y empezó a contarme que era de Chiclayo (departamento al norte del Perú) justo cuando me dijo ello cambió de voz y trató de imitar el acento norteño, yo ya iba algo nervioso, sabía que era ratero y que me quería robar, no le dije donde bajaba, para bajar raudamente y que el esté desprevenido, así lo hice pero al cruzar la avenida los carros me jugaron una mala pasada y no pude hacerlo rápido y me alcanzó, es ahí cuando ya se puso rudo y me arranchó los libros, y es cuando me di cuenta que estaba entre la espada y la pared, podía correr e ir a la comisaría que estaba a media calle, pero el tenía mis datos en la tarjeta de la academia de ingles, nombre, teléfono, dirección; me tenía abrazado del cuello, aunque para serles sinceros y no es por dármela de valiente, a mis catorce años no le tenía miedo a ese sinvergüenza, a pesar de mostrarme un cuchillo de cocina que llevaba escondido en el pantalón, podía zafarme y correr, pero me preocupaba mis datos personales. Me llevó hacia un sitio apartado, una calle solitaria y me daba golpecitos con un dedo en el cuello, yo le quitaba la mano, y el me decía que no me hiciera el valiente que había un amigo suyo en la esquina, sabía que solo era mentira para meterme miedo, pero no lo tenía, me hizo quitar las zapatillas, y cogió mi billetera, y me devolvió mis documentos, le dije que se lleve los libros pero que con la tarjeta tenía que entrar al británico, así que me dijo que no me mueva que la dejaría en la esquina, así lo hizo, en cuanto la dejó corrió y yo tras el pero cogí mi tarjeta y ya era imposible ver por donde iba ese miserable, sinceramente juré venganza, aun tengo el recuerdo de ese día, y su cara grabada en mi mente, la venganza nunca es buena decían en un capitulo del chavo, pero de ese tío si es que lo veo envenenaré mi alma y me vengaré. Al llegar a casa, el taxista que me recogió, indignado con el maldito bastardo asaltante quería también que lo viera camino a casa para poder capturarlo, cuando mi madre y mi abuela me vieron sin zapatillas me abrazaron y echamos a llorar, yo de impotencia y ellas de saber que me podían haber hecho algo.
Todo acto de violencia debe de ser castigado con la mayor severidad posible, el mal recuerdo que nos deja es de por vida, y para los criminales es solo un acto mas y un triunfo mas en su vida delictiva, creo yo que las leyes son muy benevolentes con ellos, una vez puede ser un error, pero dos, tres o mas veces que hacen estas fechorías no tienen remedio, deben de ser mas rigurosos.
Por último, tampoco podemos vivir con miedo, debemos de estar siempre atentos y medir siempre nuestros actos, ser un héroe que se enfrenta a las balas puede ser bien visto en las películas, pero la vida es muy valiosa, no seamos héroes tontos sino héroes atentos a esos momentos de peligro.

3 comentarios:

  1. Bien dicho chupito! Ya no te acuerdas cuando cogoteabamos en Quechuas y jalabamos carteras por el peaje.
    Saludos desde Canadá.

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    1. Quien eres? Se qué tu comentario lo has hecho de forma jocosa, pero dejándose de bromas, para mi la delincuencia es una lacra que odio, más aún ahora. Por supuesto jamás cometería semejantes burradas jajajaja. Saludos

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    2. Todo es broma doctore! Lamentablemente es una realidad social que aqueja al Perú, ya no se puede vivir tranquilo sin que te asalten o hasta te enfríen. Saludos desde "fat stones" jeje.

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