miércoles, 11 de junio de 2014

Y aprendí a cocinar…a comer !!!

Algunas veces me han preguntado quien me ha enseñado a cocinar o como aprendí a hacerlo, y simplemente no recuerdo, es algo natural, nunca he sido consciente que sabía cocinar, talvez por placer u obligado por la situación, alguna vez empecé y aún me gusta el cocinar.
Yo de pequeño recuerdo que la cocina de mi casa era territorio de los mayores, y sobretodo de mi abuelo Pedro, el se encargaba de hacer la mayoría de los almuerzos, conjuntamente con mi abuelita Matilde y mi tía Ana; mi madre oficinista tenía poco tiempo para ello, pero cuando se ponía a cocinar le salían exquisitas comidas, sin embargo el que se llevaba las palmas y creo que de ahí viene la vena cocinera y creativa era mi viejo, los fines de semana que podía se ponía a cocinar y era como salir a un restaurante, algo distinto al paladar, una sazón sencilla y sabrosa, y experimentaba con los sabores. Mi padre era visitador médico y acudía a varias cenas de presentación y/o promoción de medicamentos y recorría varios restaurantes y distintas sazones, luego iba a casa y trataba de imitar dicha sazón poniendo un toque personal preparando algún suculento plato.
Creo que de ver a mi padre como iba combinando sabores y disfrutando la cocina, me animó a preparar mi propia comida, y vagamente puedo recordar algún huevo frito montado sobre un arroz recalentado, luego unos tallarines a los que simplemente les añadía mantequilla, orégano, ajos, y huevo, tallarines a lo Edwin le dice mi esposa, aunque supongo que todo ya está inventado, pues así fui poniendo ingredientes y probando, no usaba medidas simplemente lo que me parecía.
Cuando llega el SERUMS, llegaría la hora de la verdad, ya que es una situación casi extrema, tienes pocos elementos para cocinar, una cocina con una hornilla a gas y poco mas, y de ingredientes los justos, casi todo enlatado pero comida que era lo mas importante, teníamos. Ahi pude recrearme con toda clase de platos basados en atún : en escabeche, a la boloñesa con tallarines, en tortilla, frito, con arroz, revuelto con hierbas, rellenando causa, etc; por suerte me iba a Lima una vez al mes en busca de provisiones y sorprendía al personal con algún ingrediente especial en cada viaje.
Justamente en el SERUMS cansados de la rutina, una semana de aquellas de intenso calor piurano nos avisaron que llegaría al pueblo donde me encontraba (Nangay de Matalacas), proveniente de la costa unos cuantos kilos de caballa, un pescado que lo salaban para que pudiera conservarse y llegar hasta la sierra. Ante semejante noticia, a mis compañeros y a mi se nos iluminaron los ojos y pensamos en lo mismo, en un ceviche picante acompañado de una cerveza bien helada, un amigo nos había llevado limón del valle de Tambo Grande, el mejor limón de todo el Perú, mi compañero obstetriz se había conseguido de un pueblo, a un par de horas a pie, ajíes limo y "pipí de mono" esos que pican bien, yo me había encargado de conseguirme las cervezas y cebolla de un huerto a media hora caminando, mi compañera técnica de enfermería traería yuca y cancha serrana, y la preparación estaba a cargo de su servidor, el médico serumista que ese fin de semana ejercería de chef maestro cevichero.
Llegó el fin de semana, y el camión con el supuesto pescado sólo traía malas noticias, por el camino para nuestra desgracia toda la mercadería había sido vendida incluyendo la tan codiciada caballa, realmente estábamos dolidos, sin embargo a una de las técnicas se le ocurrió una idea, si en vez de pescado usábamos pollo me preguntó, nunca lo he hecho pero por intentar, ya que teníamos todo pues lo haríamos.
Una señora del pueblo nos vendió un pollo, un inconveniente fue que estaba vivo, esto se solucionó rápidamente ya que Ení, la técnica, también sabía matar, pelar y destripar pollos. Cuando estuvo el pollo en condiciones, cogí sólo la pulpa, el pecho y lo piqué en pedazos muy pequeñitos, el resto de la preparación fue igual que la de un ceviche de pescado o mariscos, salvo que lo dejamos mas tiempo macerando con el limón, el resultado fue estupendo, evidentemente no tenía el gusto del ceviche de pescado pero la acidez, el picante y la sazón que le puse le dio un aprobado, y sobretodo el momento aquél disfrutando de la cocina y ver como disfrutan los comensales de lo que has preparado eso es muy especial, un momento que quedará paralizado en el tiempo.
Luego he ido haciendo mas comidas y viendo vídeos para saber como se prepara uno u otro plato y me divierte, pero te tiene que gustar esto de cocinar, tienes que disfrutarlo sino no lo hagas.
Como se habrán dado cuenta en mi relato, no es necesario ser rígidos en los platos, en la creatividad está lo bello de cocinar, un contratiempo me llevó a usar otro ingrediente y al final no salió mal, intenten cocinar y disfruten haciéndolo.





Foto : la famosa cevichada de pollo en Nangay junto con Guillermo Nieves y Anita



Foto : ceviche de pescado



Foto : Spaguetti con salsa huancaína acompañado de filete de res



Foto : Pollo al sillau con arroz y arvejas de guarnición


Foto : Parihuela







Foto : Solomillo de cerdo con Foie



Foto : Cevichada con patatas y cancha serrana de guarnición.
 Esta vez mi ayudante de cocina fue Omar Rivera, el chats.



Foto : Tacu-tacu de pallares con salsa de mariscos




Foto : Yo en plena acción en mi actual cocina

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