martes, 30 de julio de 2013

El tabú del sobrepeso

Bueno quería hablar sobre este tema a propósito de una señora que fue a mi consulta por un dolor fuerte de espalda, decía ella que había ido a mil especialistas, había probado toda clase de analgésicos, cremas, frotaciones, parches, fisioterapia, terapia en salón, piscina, técnicas de relajación, etc, sin embargo viéndola no podía dejar de preguntarle si había tratado de bajar de peso, y así lo hice, pues la señora se puso de mil colores y en sus ojos se notaba el odio. Luego de explicarle pacientemente que para su metro y sesenta, sus 165 kilos eran demasiada carga para esa espalda, le puse de ejemplo los cargadores de costales de 50kg solamente -a ella le sobraban 90 por lo menos- que se imaginara con esa carga durante todo el día, como sufriría, pero la señora no me entendió, al final de la conversación me dijo que ella era de buen comer y que esos gustos nadie se los iba a quitar, pues señora, le dije si no soy capaz de quitarle esos gustos tampoco seré capaz de quitarle los dolores.
Desde pequeños nos educan con la idea de que a mas gordito mas saludable, al menos eso decían las abuelas, si estabas flaco, no importaba que tus padres también lo fueran, tu tenías que comer el doble, tomar levadura de cerveza, tomar aceite de ballena y mil remedios caseros para engordar, lamentablemente es un gran error, la obesidad infantil es un gran problema en nuestra actual sociedad.
Hace 3 años fui a hablar a la radio sobre la obesidad infantil, en España es tanto el incremento que ha igualado e incluso ya había sobrepasado a la de Estados Unidos, cosa que es impresionante. Justamente después de aquella presentación en la radio, me pasó algo muy curioso, estaba pasando consulta de pediatría y llegó una niñita con su madre, al pasar a la consulta la madre sabía a lo que iba, me dijo vengo a que le vea la garganta, el pecho y los oídos, así, a la carta, bueno le dije cuénteme que le pasa, después de decirme que estaba con síntomas de catarro, le dije que si a su hija le habían diagnosticado obesidad, porque era evidente, lo hice de una forma sutil para que la niña no se diera cuenta, pero la madre se encargó de ello, empezó a vociferar, que siempre es lo mismo solo porque mi hija tiene los cachetes gorditos pero ella es de huesos anchos, ya estoy harta, la pequeña se asustó, la pesé y tallé y ya no quise insistir, lo dejé reflejado en la historia y ya cuando lo vea su pediatra habitual que haga lo que creyera conveniente, pues me gané una reclamación de la señora madre por insinuar que su hija estaba gorda. Así es a este punto hemos llegado en esta sociedad.
Quién no ha intentado hacer dieta me pregunto, se que es muy difícil, pero cuando el sobrepeso empieza a crearte problemas de salud hay que hacer un esfuerzo, incluso no esperar a que esto suceda.

2 comentarios:

  1. Yo creo que la actividad asistencial se ha convertido en la ley del mìnimo esfuerzo para los pacientes, pero para llegar a este punto hemos de reconocer que todos hemos tenido nuestra cuota de responsabilidad. Si le dices a alguien que haga dieta, ejercicio o deje de fumar, o incluso que se adhiera a tratamientos complejos y a largo plazo, hará 50 veces menos caso que si le precribes un antibiótico unidosis o una inyección milagrosa. Por lo tanto, el esfuerzo del profesional por intentar EDUCAR en salud se ha diluido, ya nadie quiere gastar 10 minutos en consulta para orientar a alguien que no quiere oir, e incluso a quien sí quiere le podemos dedicar muy poco tiempo porque hay gente esperando en la puerta. Y pocas veces el paciente acepta ser derivado a quien sí tiene (o deberia tener) más experiencia y tiempo para ello, así que tiramos la toalla. Por otro lado los medios, como siempre por agradar a su audiencia, hablaban alegremente de "gorditos felices" a quienes no debería importarles su apariencia, como si el problema fuera tal, aunque últimamente se ha puesto de moda reforzar los hábitos saludables. Y ni qué decir de lo gastado por el Estado en campañas de promoción de una dieta sana y actividad física, muy mal orientadas porque son poco prácticas y no contemplan hacia quién van dirigidas, sobre todo cuando en los comedores escolares es más fácil darle papas (patatas) fritas o bollería a los niños en vez de fruta o legumbres, o no existen políticas públicas reales de fomento al ejercicio. Consejo hasta de un conejo: la próxima vez que venga una niña obesa, habla de los beneficios de fruta, verduras y ejercicios y de los perjuicios de otros alimentos en términos de crecimiento, defensas huesos, desarrollo cognitivo, bienestar emocional, dientes, combatir enfermedades cuando sean mayores y la palabra mágica: metabolismo. A quienes se resisten a aceptar la verdad no les resulta tan grave hablar de todo esto, mientras no se mencionen esas palabritas "tabúes", como bien las llamas, y no estarías mintiendo. Eso sí, es una pena que tengamos que llegar a estos niveles en los que quien habla alto y claro se lleva una reclamación. Ánimo.

    ResponderEliminar